2 de abril de 2010

"En primera persona" No. 8





No. 8

Marzo 8 del 2010

Debate en torno a:

El pase en la NEL

La política de desmasificación de la enunciación

La relación Escuela-Escuela Una
  • La experiencia analítica y la formación

Moderadores

Lizbeth Ahumada ( lizbeth.ahumada@gmail.com )

Juan Fernando Pérez ( jfp@juanfperez.net )

Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, notas y observaciones sobre los temas del debate. Éstos pueden ser enviados a uno de los moderadores.

En este número

  • Editorial
  • El pase para: no-todos por Lupe Tobía
  • Pase: es-cribir-se nuevos recorridos por Liliana Bastidas
  • Destacamos

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Editorial


Hablar o proponer una dirección discursiva que contraría la masificación de la enunciación, es un modo de apuntar a la desidentificación y, esto implica, en sí mismo, una operación, o al menos, una tramitación de lo que se presenta como un elemento cosustancial de la vida colectiva. Es decir, ¿cómo concebir que el saldo de tal operación sea el destino de una nueva identificación?: del Otro al Uno. Y entonces, esta identificación que no es ciertamente sin Otro, ¿como produce tal novedad? ¿de qué materia prima está hecha la identificación a lo más singular de sí? Se trate de enunciación, se trate de sinthome, o es que acaso el sinthome sea el modo más radical de enunciación del sujeto. Lo que fue el empuje a la identificación y su transformación en la vida de un sujeto, es algo que puede ser capturado por el dispositivo del pase; empezamos a prestar atención a este dato esencial en los testimonios de pasantes, pasadores, analizantes...En efecto, La identificación y sus laberintos, es el modo en que la NEL nombra su encuentro de noviembre, marcado por un tiempo de elaboración posterior al congreso de la AMP.

Dos contribuciones sobre el pase, la de Lupe Tobía, y la de Liliana Bastidas, componen el cuerpo de Epp No. 8. Además destacamos párrafos de colegas de la ECF relativos al lugar de pasador.

Lizbeth Ahumada

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El pase para: no-todos

Lupe Tobía

NEL-Caracas

La poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita, esta frase de Il Postino, me sirve para plantear el pase en tanto “elección forzada” para "algunos" pasantes, quienes al relatar su recorrido de análisis ante los pasadores, el testimoniar les permite comenzar a inventar, un saber hacer con, el goce singular al que pudo llegar al finalizar su análisis. Quizás pueda pensarse que mi posición es algo subversiva al hacer este planteo, quizás se pueda pensar que excluyo el trabajo de Escuela, ya que el pase no está sólo referido al encuentro de un sujeto con su goce singular y su saber hacer con esto. Existe la dimensión del pase que implica hacer avanzar el psicoanálisis y por ende el trabajo de Escuela.

Pienso que el pase es para, no-todos, es lo que he podido encontrar desde mi participación en el primer cartel del pase en la ECFC y luego como pasadora, cuyos efectos en mi recorrido de análisis no fue sin consecuencias. Por otro lado la lectura de los testimonios me lleva a pensarlo de esta manera, haciendo énfasis en el no-todos iguales, sino estaríamos en la dimensión del todos, que es a lo que se opone precisamente Lacan.

Tomar el pase desde el no-todo, al igual que el psicoanálisis de orientación lacaniana, permite paradójicamente la inclusión, pues el sujeto es quién debe decidir qué hacer cuando finaliza su recorrido, cómo coloca su singularidad en el trabajo de Escuela, cómo piensa y qué aportes puede hacer al realizar su transmisión para sostener una Escuela que sea siempre analizante.

El pase es el norte de las Escuelas lacanianas, y el trabajo en ellas sigue esta orientación, siempre está ahí, conduciendo nuestro trabajo , no sólo el trabajo de Escuela, sino nuestra práctica, pero el pase es, para no-todos.

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Pase: es-cribir-se nuevos recorridos

Liliana Bastidas

Asociada NEL-Bogotá*

"...¿No podría afirmarse que el

verdadero escritor no tiene nada

que decir? Tiene solo una manera

de decir. Debe crear un mundo,

pero partiendo de la nada,

del polvo..."[1]

Retroactivamente, la pregunta por el pase me permitió reordenar algunas cuestiones, como asociado de la Escuela, como analizante y como practicante del psicoanálisis en una institución, en dos momentos lógicos que constituyen en su recorrido mismo una topología que hace desde la primera persona al pase como nudo que hace borde y corte.

Transformar la idea del pase fue posible en el encuentro con otros en la Sede Bogotá de la NEL. Movimiento que a su vez se despliega por el recorrido de una distancia, en todos sus sentidos y sin sentidos geográficos gracias a la causa que empuja a viajar trayectos inusitados y a encuentros inesperados: Análisis. Dirigir a la Escuela, es decir, a las singularidades que la hacen posible, la pregunta por el pase como cuestión de un asociado que, ya tenía sus respuestas, sus hipótesis, sus especulaciones, fue ir un poco mas allá y encontrarme con preguntas que atañen a mi subjetividad, a mi práctica, a un real que puede hacer obstáculo, un real exterior o mejor éxtimo, porque precisamente podría hacer obstáculo mas allá de cualquier final. En este encuentro, diferenciar el testimonio del pase, fue fundamental, ya que día a día desde la posición en la que se encuentra cada quien da testimonio de sus recorridos, de su ex – sistencia y desde la posición desde la que se haga en el día a día se opera efectos y por ello, posición-práctica y ética, analista-analizante son indisociables de la ética y del testimonio.

El pase, entre tanto, implica el movimiento de cada uno hacia un querer saber un poco mas, a despojarse de sus ideales en un dispositivo que circunscribe y en el que se circunscribe la escuela y en este sentido, a dejar caer el pase como ideal del final absoluto que lleva a la inercia, a la quietud a la comodidad y tranquilidad de dejar en uno o en Otro el jalonamiento del psicoanálisis y por consiguiente, dejar de lado, la apuesta por la responsabilidad del sujeto. Mas bien, se trata del pase como corte que hace borde allí donde la infinitud no permite limitar y saber hacer con el objeto goce y la finitud se torna un ideal como absoluto. Así, entonces el hecho mismo de abrir la pregunta por el pase implicó un acontecimiento que pienso, puso y pone en juego los diferentes tiempos, lugares, la posibilidad de soportar del y al otro, del y al Otro, desde y a la alteridad, alojar con el síntoma su síntoma, del otro al Otro, desde el Otro a la alteridad, del otro al síntoma, desde el goce singular su goce, en fin las múltiples combinatorias, saber hacer con las sutilezas, detalles, prudencias e irreverencias, calculados o no, que ponen a prueba la posición, el lugar de cada uno en la escuela de la que se forma parte, en la Escuela Una y cuestionar el lugar de la escuela en su contexto no para cerrarse, protegerse en su jerga y llevar a la decadencia su epistemología, si no para probar su lugar éxtimo que le exige a este anudamiento topológico de singularidades estar a la altura de los malestares actuales. Entonces se trata de testimoniar sobre el pase, del pase y con el pase.



* Reside en la ciudad de Pasto, Colombia.

[1] ROBBE GRILET, Alain. Por una nueva novela. EDITORIAL SEIX BARRAL S. A.. BARCELONA. 1965


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Destacamos ...
La voz de los pasadores, Esthela Solano-Suarez
[Tomado de Selección Mensual del Journal des Journées No. 4; extraido a su vez del JJ No. 60]
"[los pasadores..] Aplastados por toneladas de notas tomadas durante el testimonio, están habitados por la ansiedad de debr hacer pasar en poco tiempo una cantidad considerable de sueños, fechas, ciclos, periodos, datos de la novela familiar, a veces muy complejas, y recorridos que incluyen a veces varias secuencias de análisis cumplidas con varios analistas. La preocupación por la exactitud los puede llevar a no poder despegarse de sus notas.
A su vez, reciben muy a menudo un testimonio escrito por el pasante quien se los lee. Frente al cartel, al pasador le toca leer las notas que tomó a partir del texto del pasante. por este hecho, el texto llega al cartel, usado, cerrado, chato y sin soplo. El cartel intenta hacer salir a los pasadores de esta rutina, pero consiente la mayoría de las veces, en recibir y retranscribir a su vez el testimonio que sigue palabra a palabra el texto escrito.
Podría ser entonces que ésta prevalencia tomada por el escrito en el procedimiento del pase sea un elemento que contribuya a su mortificación, haciendo obstáculo a la transmisión de lo más vivo y de lo más auténtico de lo que se transmite, ahogando la enunciación del pasante. Lo que se pierde ahí en el transcurso del testimonio, es su enunciación. Si la posición de enunciación no aparece ahí, el cartel apesadumbra en restituirlo y en encontrar las aristas de lo que escuchó.
Vivificar el pase, darle un nuevo soplo, destacar la fuerza y la potencia de un decir articulado a un deseo que se hace voluntad, pide liberar la palabra que circula en el dispositivo, liberarla de su traba de inhibición, y para eso es urgente arrancarlos del dominio de lo escrito para que los pasadores hagan escuchar una voz.
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El pasador "placa sensible", Patricia Bosquin-Caroz
[Tomado de Selección Mensual del Journal des Journées No. 4; extraido a su vez del JJ No. 63]
"El pasador es un elemento clave del dispositivo del Pase. De alguna manera es el eje. Ni su designación ni su función pueden ser tomadas a la ligera. A este respecto Lacan evoca el término "placa sensible" al que, en su Proposición, opone el del juicio, exclusivamente reservado a los Carteles. Es decir, que no hay instrucciones del pasador. Se trata de que sea un testigo receptivo y animado por el deseo de dejarse enseñar. Hace cerca de diez años, al final de mi análisis, me enteré de que acababa de ser designada pasadora. Era el momento en que me disponía a solicitar entrar en la Escuela por el Pase. Correspondía a una primera percepción sobre la manera de gozar que animaba mi palabra de analizante.
El momento, por tanto, era sensible. Buscaba en los textos un saber que me dijera cómo hacer. Silencio. ¡Qué suerte! ¿Cuál fue entonces mi guía? Mi deseo de saber qué es el pase. Únicamente me animaba ese deseo. Iba al encuentro de los pasantes curiosa, apasionada...sensibilizada. Entonces la Escuela también lo era, era sensible."

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