6 de dezembro de 2010

Boletín a-posteriori Nº 10


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Ecos epistémicos, clínicos y políticos

Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, testimonios y observaciones sobre las VI Jornadas de la NEL “El laberinto de las identificaciones”, realizado en Bogotá los días 5, 6 y 7 de noviembre de 2010.

Moderadoras: Piedad Ortega de Spurrier y Clara María Holguín

Raquel Cors de la NEL-Caracas señala lo que el espacio de Escuela hace resonar; el arte del encuentro y lo fortuito de una contingencia, no identificable. Resonancia posible de enmarcar en lo que Mercedes Iglesias de la NEL-Maracaibo retoma como el síntoma de nuestra Escuela, la diversidad.

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Resonancias de un espacio de Escuela

El Comité Ejecutivo de la NEL nos propone un espacio para interrogarnos a-posteriori sobre ¿Cuál es el saldo epistémico, clínico y político de las Jornadas, Congreso y Asamblea en Bogotá? Deduzco que la lógica de una temporalidad hará lo suyo.

Clínica:

Leonardo Gorostiza, Presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y Analista de la Escuela, nos transmitía desde su singular y cálido vacío, cómo gracias a las vueltas por lo inconmensurable y la soledad que se escribe frente a lo que no cesa de no escribirse, hay una contingencia que procura la imposibilidad final entre lo verdadero y lo real.

Las vueltas por un análisis, -como el tiempo en una sesión- tiene incidencias a la hora del real encuentro que cada uno hace con su despoblador (1). El saldo que resta en la criba, es del orden de aquello que siempre estuvo y estará, eso no se modifica. Eso, incide no-solo en la vida cotidiana, o en la práctica analítica, sino también en la Escuela donde cada uno es Uno, cuando lo más singular deviene una novedad con la “incomparable” experiencia analítica.

Política:

Nuestra política es de la enunciación e implica un mentor que lo ocupa cada jerarquía en su función Fx -pero con un quid- se trata de una función sin el semblante del saber y por fuera de todo confort. A su vez, requerimos un espacio donde hablar de estas cosas, un espacio particularmente inhumano, que por ejemplo se propicia en nuestras actividades, ya sean Sedes, Delegaciones o Grupos, esos espacios eventualmente y por instantes nos reúnen -en cuerpo- a veces cómodos, otras veces incómodos. También, están los espacios que nos procuramos, por ejemplo en cualquier Sala de Conferencias de cualquier parte del mundo - del mundo Psicoanalítico, en el que no estamos tan solos.... Allí, surgen las vueltas de tuerca en transferencia de trabajo donde dialectizamos en voz alta nuestras diferencias y desemejanzas.

A mi lectura, un espacio de Escuela es del orden del arte del encuentro, donde la relación al tiempo transcurre más allá de su duración: una década, dos, tres... no-cuenta. Esa relación se renueva al confrontarse a una nueva relación con la repetición, cuando para esas eternas preguntas ya no tenemos respuesta.

La contingencia que se propició en Bogotá, produjo cierta conmoción de la que se pudo hablar desde otro lugar con la repetición de eso que a cada uno lo mantiene unido al Psicoanálisis: La clínica, la política y la espistémica son desiguales de origen, no estamos identificados por ahí, sino expuestos a lo fortuito de una contingencia, no identificable.

Raquel Cors Ulloa

Notas:

(1) A cada analista su despoblador, Conferencia de L. Gorostiza, al Cierre de las VI Jornadas de la NEL en Bogotá.

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Ante todo entusiasmo. Las Jornadas de Bogotá marcaron, a mi juicio, hitos importantes en nuestra Escuela.

A nivel político creo que tanto el Congreso de Miembros como la Asamblea permitieron un espacio para subjetivar una problemática real en torno a la situación de la NEL. Como señaló Mario Elkin: ‘la diversidad es nuestro síntoma’ lo cual supone que es nuestro punto de partida y no una excusa o justificación para determinar lo que la NEL no ha logrado. Del mismo modo, creo que las palabras de Nora Gonçalves hicieron resonar algo fundamental que se trata del paso de la diversidad a la Escuela Una. Esto me parece importante por cuanto marca la orientación hacia este objetivo. Pienso que la presencia de Leonardo Gorostiza fue importante en términos de asumir esto y generar un espacio para continuar con un trabajo y no paralizarnos frente a la diversidad.

A nivel epistémico considero que algunos trabajos en torno a la enunciación pusieron de manifiesto el deseo por dar cuenta del análisis de cada quien y que esto produjo un efecto de Escuela que no había estado antes. Pero a la vez marca el reconocimiento de la necesidad de cada uno de nosotros de estar en análisis y de ser capaces de mostrar esta dimensión que es fundamental para conformar la Escuela.

A nivel clínico se mostró como siempre un deseo de dar cuenta de la práctica. Sin embargo, me parece que a veces como colegas no estamos muy de acuerdo en cuándo un caso está bien planteado o bien construido y cuándo no, encuentro divergencias, divergencias que me parecen bien, pero que marcan la necesidad de establecer espacios para una discusión y que atañen a nuestra formación de analistas.

Mercedes Iglesias



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