22 de agosto de 2011

Lacan Cotidiano / Artículo II (español)



Artículo II

Lacan Cotidiano

Agencia lacaniana de prensa

Algunas reacciones al número de Le Point

18 de agosto

Tengo el semanario Le Point de esta mañana en mis manos: es verdaderamente fantástico. La foto de Lacan es una de mis preferidas, hay que decir que cuando lo conocí en el 79, era exactamente así.

El problema es la introducción al dossier. El tono de Schneider está fuera de lugar y el fondo es esencialmente tonto. Esta posición de no incautos que algunos se creen obligados a utilizar cuando hablan, o de Lacan o de Freud (¿protesta viril?) hace emerger una malevolencia que podemos dudar que se limite únicamente a ese campo.

Un día de 1980 cuando iba en ómnibus por el boulevard St Germain para una sesión con Lacan me encontré con un profesor de neurocirugía, el Prof. Pouyanne, con quien hice mi primera práctica de medicina algunos años antes. Me preguntó la razón de mi presencia, se la di, y me respondió “cuídese”. Se lo prometí riéndome. Mi análisis ya era un modo de cuidarme, de la buena manera. No había ninguna maldad en este médico humanista, riguroso, que no ignoraba los poderes de la palabra y del inconsciente. En su servicio se veía confrontado a síntomas que lo ponían en una posición bastante buena para hacerlo. Nada de eso ocurre con el Sr. Schneider, sino un estilo voluntariamente equívoco que frisa la difamación de Lacan y de quienes él ha formado (un loco que tiene como meta volverlos locos); comenzar de este modo un dossier de prensa que es también conmemorativo no es defendible: es necesario que la prensa deje de pensar que es deseable. La paginas de Lacan y las suyas superan con elegancia todo eso y queda como algo absolutamente formidable.

Carole

Estimado JA

Las citas de Lacan cuidadosamente elegidas por usted, su entrevista sobre las profecías de Lacan: ¡for-mi-dable! Usted dice en pocas palabras lo que se puede decir y que nadie dice sino “por” Lacan. ¡Entusiasmo!

Se lo digo tanto más cuanto que, recién llegado anoche a Denver (Colorado), me precipité a cargar Le Point en Zinio, excelente site que permite cargar en cualquier parte lo que se desee de la prensa mundial el día en que sale. Y leí Le Point aquí antes que esté en los kioscos de Francia. ¡Me parece divertido! Luego lo puse en Twitter y Facebook para aquellos de todas partes.

Parto esta mañana a Wyoming. Pero wifi está por todas partes. Es ciertamente también el Uno que se extrae de manera más “visible” en los grandes espacios americanos, pero no es difícil para mí ubicarlos, y desde hace tiempo.

Gracias a usted, una vez más. Nos veremos en lo de Mollat el 10/09 (lo supe por Saloszyc y Castanet).

Jean-Pierre

Desde el comienzo la presentación en Le Point del extracto del Seminario del doctor Lacan, Ou pire, me encuentro dividida entre la risa y las lágrimas – no, dividida entre la risa y …la risa. ¡Y hasta el final! Tantas enormidades que pretenden introducir los términos de un balance “equilibrado” sobre el aporte de Lacan. Muy desequilibrado, sin duda. Pues incluso la frase que parece más amena: “Algunas fulgurantes luces mezcladas con tantas preciosidades oscuras”, ¡que se la lea, atentamente y se ve que ella inclina la balanza hacia el mal lugar! Es un entierro de primera clase.

Es así desde el mismo comienzo. El tono está calculado, torciendo el título de Libération, y no para retorcerse de risa, lo que sin embargo hubiera merecido ese título, a pesar del anuncio de la muerte de Lacan: “Completamente loco Lacan”, y bien, ¿eso quiere decir que estaba loco? Y por otra parte, ¿por qué ese desprecio por la locura? A veces, produce cosas bellas, nuevas, inventivas, vivas, fuera del sentido común. Ciertamente, Lacan no era banal, lejos de ello. No en el discurso corriente, lejos de ello. No en las medias tintas, lejos de ello. A veces difícil de leer, sí. A menudo, por otra parte. Genial, ¡pero sí! Libération, con su gusto por los juegos de palabras, le rendía un hermoso homenaje a Lacan que, quizá lo hubiera hecho sonreír. “Completamente loco Lacan [Tout fou Lacan], “Te largaste” [Tu fous le camp], “Todo se desploma” [Tout fout le camp]. Sí, a Lacan le gustaba jugar con las palabras, para acorralar a la verdad oculta en los dichos. Sí, necesitamos esto verdaderamente en las curas. Necesitamos eso, y no sobreinterpretaciones como la que se hace de ese título. Completamente loco, era bien visto: Lacan estaba lleno de ardor y de entusiasmo. Y sí, eso suscitaba el amor, el amor por el saber. Y eso continúa. Nada de “Perinde ac cadáver”, pues está bien en la vida. Ningún fantasma.

El amor es ciego, se dice. ¿Todos los alumnos ciegos? Por qué no. Pero no es loco el que quiere… Justamente Lacan iluminó el enceguecimiento del amor, figúrense. Entonces, leer la formulación “no hay relación sexual” transformada en “la sexualidad no reporta nada”, sería demasiado gracioso, si no fuera patético, por lo que supone de desconocimiento del Lacan lógico y clínico. Si la primera proposición es verdadera, pero supone captar lo que quiere decir aquí relación, la segunda es falsa, pues la sexualidad puede reportar. Eso, eso puede ocurrir.

Estos mails me fueron dirigidos por tres colegas y amigos, psicoanalistas y psiquiatras, miembros de la Escuela de la Causa freudiana, los Dres. Carole Dewambrechies-La Sagna, Jean-Pierre Klotz, y Catehrine Lazarus-Matet. Los dos primeros son de Bordeaux, la tercera de París.

Carole está de vacaciones en Arcachon, y Catherine en Belle-Île. JP viaja por el Middle-west.

Por mi parte, habiendo llegado el miércoles a Portes-en Ré para pasar tres semanas de vacaciones, interrumpí la escritura de “Vida de Lacan” para trabajar intensamente en mi respuesta al artículo del Sr. Schneider aparecido en Le Point de este jueves.

El texto, comenzado ayer con buen humor y escapando a su autor, está tomando proporciones considerables. El preámbulo metodológico alcanza ya 10000 caracteres, mientras que el artículo que lo suscitó no pasa de los 3000. El texto debería entrar hoy en lo vivo de la cuestión, y podría concluirse el domingo por la mañana. El tiempo desapacible, la calma, el aire puro y vivo, el farniente, favorecen la concentración intelectual.

NB: La Sra Camille Auzeby, del servicio de prensa de Seuil, me indicó que los extractos de Lacan fueron elegidos por el Sr. Michel Schneider.

Traducción: Silvia Baudini


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